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miércoles, 21 de abril de 2010

El control de esfínteres

Publicado por Ampii en 13:36

El control de esfínteres no se aprende, depende del grado de madurez de cada niño/a. Alrededor de los 24 meses, sobretodo en el caso de las niñas, se puede empezar el entrenamiento. Es perjudicial tanto pretender que el niño consiga controlarse antes de que su madurez lo permita, como también retrasar el entrenamiento.
Bien entrada la segunda mitad del segundo año de vida (o sea, después del año y medio), algunos bebés pueden empezar a darse cuenta cuando tienen sucio el pañal, e incluso a saber cuando "se lo están haciendo". Este es un lento proceso que puede llevar alrededor de 2 años más, desembocando en el control de esfínteres.
Los entrenamientos requieren un poco de tiempo, dedicación y paciencia por parte de los adultos. Empezarán con el desaparecimiento de los pañales primero durante el día.
Es importante que los logros alcanzados por los niños sean reconocidos y elogiados, y que los pequeños fracasos no sean motivos de riñas ni enfados. El niño debe sentirse como parte importante del trabajo y por lo tanto debe colaborar. Debe sentirse apoyado y querido, aunque cuando haga pis en los pantalones.
El control de esfínteres también puede ser enseñado a través de juegos, y será alcanzado si el niño se siente seguro y comprendido.
Consejos:
Esperar a que llegue el verano
Aprovechar el verano para quitar los pañales es una conveniencia de los adultos. Así aprovechamos con el niño de un año y medio, con el de 2, con el de 2 y medio indistintamente. Perseguimos entonces a los niños incansablemente preguntándoles si tienen ganas de hacer pis, les tocamos las ropas, los sentamos en el inodoro sin ganas, e invertimos preciosas horas en comunicarnos en este nueva escala de valores donde lo más importante, lo que pone feliz o triste a mamá, es "si me lo hice o no me lo hice". Quizás el mito del verano nos haya sido heredado de la época de los pañales de tela, pero hoy en día, con los desechables, con lavadoras automáticas, no hay motivo alguno para apurar los procesos evolutivos de nuestros hijos. Algunos podrán controlar temporalmente esfínteres, cuando todos estamos de vacaciones, y tienen a mamá todo el día consigo, pero al comenzar las clases, las exigencias, las separaciones, vuelven a "retroceder", dejando en claro que aún no pueden ocuparse de controlar esfínteres en situaciones donde están frágiles emocionalmente.
¿Qué nos pasa a nosotros?
Los adultos no hablamos entre nosotros de pises y cacas. La etapa de adquisición del control de esfínteres de nuestros hijos, nos enfrenta con muchas cosas que quizás nos cuesta ver: el placer de los niños al poder decidir casi por primera vez, si retienen su pis o su caca, y hacerlo donde y cuando lo desean; la delimitación de una zona de autonomía, de la cual quedamos excluidos. Es un espacio de poder, donde son ellos quienes deciden y les causa placer estrenar esta capacidad de hacerlo por sí mismos. Nos cambia radicalmente de lugar: aquí no podemos ordenar, ni forzar, ni apurar las cosas. Cada uno lo hace cuando quiere. Nos incomodan ciertos placeres de nuestros hijos... la succión, las conductas auto eróticas, y nos incomodan tanto que arremetemos contra ellos, en lugar de volver sobre nosotros mismos a ver qué nos pasa.
De día y de noche
El control nocturno merece un capítulo aparte. Aunque un niño controle esfínteres durante el día, pueden pasar aún muchos meses más hasta poder hacerlo por la noche. Usualmente se dice que luego de varias noches con el pañal seco, el bebé está listo para dormir sin él.

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miércoles, 21 de abril de 2010

El control de esfínteres


El control de esfínteres no se aprende, depende del grado de madurez de cada niño/a. Alrededor de los 24 meses, sobretodo en el caso de las niñas, se puede empezar el entrenamiento. Es perjudicial tanto pretender que el niño consiga controlarse antes de que su madurez lo permita, como también retrasar el entrenamiento.
Bien entrada la segunda mitad del segundo año de vida (o sea, después del año y medio), algunos bebés pueden empezar a darse cuenta cuando tienen sucio el pañal, e incluso a saber cuando "se lo están haciendo". Este es un lento proceso que puede llevar alrededor de 2 años más, desembocando en el control de esfínteres.
Los entrenamientos requieren un poco de tiempo, dedicación y paciencia por parte de los adultos. Empezarán con el desaparecimiento de los pañales primero durante el día.
Es importante que los logros alcanzados por los niños sean reconocidos y elogiados, y que los pequeños fracasos no sean motivos de riñas ni enfados. El niño debe sentirse como parte importante del trabajo y por lo tanto debe colaborar. Debe sentirse apoyado y querido, aunque cuando haga pis en los pantalones.
El control de esfínteres también puede ser enseñado a través de juegos, y será alcanzado si el niño se siente seguro y comprendido.
Consejos:
Esperar a que llegue el verano
Aprovechar el verano para quitar los pañales es una conveniencia de los adultos. Así aprovechamos con el niño de un año y medio, con el de 2, con el de 2 y medio indistintamente. Perseguimos entonces a los niños incansablemente preguntándoles si tienen ganas de hacer pis, les tocamos las ropas, los sentamos en el inodoro sin ganas, e invertimos preciosas horas en comunicarnos en este nueva escala de valores donde lo más importante, lo que pone feliz o triste a mamá, es "si me lo hice o no me lo hice". Quizás el mito del verano nos haya sido heredado de la época de los pañales de tela, pero hoy en día, con los desechables, con lavadoras automáticas, no hay motivo alguno para apurar los procesos evolutivos de nuestros hijos. Algunos podrán controlar temporalmente esfínteres, cuando todos estamos de vacaciones, y tienen a mamá todo el día consigo, pero al comenzar las clases, las exigencias, las separaciones, vuelven a "retroceder", dejando en claro que aún no pueden ocuparse de controlar esfínteres en situaciones donde están frágiles emocionalmente.
¿Qué nos pasa a nosotros?
Los adultos no hablamos entre nosotros de pises y cacas. La etapa de adquisición del control de esfínteres de nuestros hijos, nos enfrenta con muchas cosas que quizás nos cuesta ver: el placer de los niños al poder decidir casi por primera vez, si retienen su pis o su caca, y hacerlo donde y cuando lo desean; la delimitación de una zona de autonomía, de la cual quedamos excluidos. Es un espacio de poder, donde son ellos quienes deciden y les causa placer estrenar esta capacidad de hacerlo por sí mismos. Nos cambia radicalmente de lugar: aquí no podemos ordenar, ni forzar, ni apurar las cosas. Cada uno lo hace cuando quiere. Nos incomodan ciertos placeres de nuestros hijos... la succión, las conductas auto eróticas, y nos incomodan tanto que arremetemos contra ellos, en lugar de volver sobre nosotros mismos a ver qué nos pasa.
De día y de noche
El control nocturno merece un capítulo aparte. Aunque un niño controle esfínteres durante el día, pueden pasar aún muchos meses más hasta poder hacerlo por la noche. Usualmente se dice que luego de varias noches con el pañal seco, el bebé está listo para dormir sin él.

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